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Serendipia Creativa

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Writer's pictureMarina Sigüenza

El Negocio mas caro del mundo (Parte I)

“La prostituta ha sido un personaje ignorado por la historia del arte, pese a haber sido una figura central de la pintura del siglo XIX. Existió entonces una identificación entre el artista y la meretriz, fruto de su apego por la vida bohemia”. Isolde Pludermacher.



Muchas son las afirmaciones qua hay sobre los negocios, cuales son muy lucrativos, a veces se menciona que, el narcotráfico, venta ilegal de otros productos hacen ricos a sus comerciantes, llevándose el segundo lugar la venta de estupefacientes, seguido por el de armas y en primerísimo lugar la Prostitución.

En la época victoriana de Gran Bretaña, período que comienza con la Regencia y termina con la muerte de la Reyna Victoria. (1837–1901), hubo tantas cosas que cambiaron, con este gobierno el cual ejerció su poder por un largo período, fue cuestionado, ya que el sistema consistía en que solo la nobleza podía gobernar y con la Reyna Victoria llegó a gobernar; en un periodo donde la revolución industrial, el avance tecnológico y científico, progreso que llegó con el siglo XIX, fue una experiencia muy satisfactoria a nivel comercial.



Los cambios que hubo en todos los ámbitos, fueron importantes, como el cultural, el económico. El status social no se quedó atrás, era muy inflexible por ser de la aristocracia hacia la clase pobre, y es aquí donde se ve en esta época que existía un puritanismo sexual, la doble moral que se vivía durante este periodo, las relaciones sexuales era una actividad muy reprimida, y no se consideraba por placer, esto ante la sociedad porque detrás de puertas sucedía cualquier inmoralidad sexual; pero esto también la hizo hipócrita por las normas y prejuicios, sabiendo que la apariencia y la reputación eran más importantes que los sentimientos. Era lo normal, encontrarse con parejas de novios que se casarían sin conocerse, por la religión que lo exigía y por la procreación, especialmente, esto lo hacía creer la época peculiar que fue el periodo victoriano; la mujer estaba destinada para ser ama de casa y madre de los hijos que pudiera tener, aquí no importaba la clase social, importaba que fuera virgen para su marido o mujer dispuesta y casta y que estuviera preparada para hacerlo, la educación servía con el único objeto de representar el hogar que cuidaba. La moral imperaba en este periodo y un clima estricto de la conducta que afectaban a la religión, la perfección y la ética; contradictorio por crear una apariencia y el recato exigido por la sociedad, misma que detrás de telones tejían la prostitución adulta e infantil.


Es por esta razón la prostitución prolifera y se contaban por miles el número de prostitutas, los proxenetas y burdeles dirigidos por mujeres como las madame, que daban seguridad a sus trabajadoras del sexo. Mujeres que en muchos casos lo hicieron por la necesidad económica precaria que vivía la clase trabajadora, normal era que las mujeres que trabajaban como costureras o empleadas domésticas se dedicaran a la prostitución porque era una actividad bien pagada y así podían costear su vida familiar, en ocasiones ayudaban de esa manera al marido a criar a los hijos, se vieron forzadas por ser la única forma de tener dinero, otro grupo lo hacía por el lujo que les proporcionaban y disfrutaban de banquetes y otros regalos de los hombres de la aristocracia que las contrataban, eran las prostitutas de clase alta, así disfrutan de la sexualidad con las cortesanas porque las esposas no sentían placer (era la creencia).

La prostitución infantil era legal y la edad de consentimiento era de 13 años, sin embargo, el trabajo infantil que era utilizado por la clase baja porque vieron a sus hijos como mercancía que ayudaba a generar ingresos familiares. Los niños de 11 o 12 años que podían pasar por 13 se vieron obligados sin remedio a ser vendidos por sus padres. Era fácil comprar la virginidad de una niña, un examen médico o de una matrona que comprobara que la niña era virgen era suficiente para venderla al mejor postor y en ocasiones a grandes políticos o comarcas que incluso las dormían con cloroformo para que no se resistiera a la violación a la que era sometida.

Era tanta la depravación de la época que había burdeles para satisfacer el deseo más perverso del cliente: travestis, homosexuales, pervertidos y pornográficos, flagelación, pedófilos, eran la clase alta y más rica, especializados en niñas vírgenes, su placer desflorar niñas.

Hubo un filántropo que quiso rescatar a las caídas, también llamadas así, ofrecía un establecimiento y trabajo a estas mujeres con el objetivo de restaurar sus vidas.

La época moderna no dista de ser diferente. La tecnología y la libertad social no discriminó para seguir haciendo negocio con la prostitución. En esta época la prostitución se considera el negocio más lucrativo de todos los tiempos, esto porque se institucionaliza el mercado a través de organizaciones dedicadas a la explotación, venta y esclavitud de mujeres y niños, siendo las jóvenes las más asediadas por los traficantes de víctimas de la trata de personas, sistema utilizado por este régimen de esclavitud. El 30% son niños y el 70% mujeres y niñas que son millones los consumidores de este producto humano.

El sistema patriarcal que hemos vivido desde nuestros antepasados, desigualdad de género, desigualdad legal, diferencias concebidas por la superioridad que los hombres tomaron y se hicieron llamar el sexo fuerte; y vieron a la mujer como mercancía de cambio o de capacidad productiva, creando un dominio sobre ellas, se crearon y se creyeron con dominio sobre ellas y las excluyeron de todo sistema igualitario, esto ha llevado el despotismo se practique con tanta libertad clandestina, que es inevitable no darse cuenta de la cantidad de mujeres que desaparecen sin dejar rastro, mientras en lugares a puerta cerrada están siendo esclavizadas y monetizadas por sus regidores que para someterlas, ejercen centenar de torturas y presión sicológica haciéndoles sentir el terrible miedo que les crean amenazándolas con matarlas y matar a sus familias si se resisten al comercio, que por obligación deben de hacerlo. Personas que deben hasta el agua que se beben y que para pagar todo su consumo son sometidas a largas jornadas de trabajo sin descanso cumpliendo con solo una norma “llevar la cuota diaria” para tener derecho a una cama y un baño para seguir el siguiente día con la misma faena. De no cubrir dicha cuota son sometidas a las peores violaciones, torturas y vejámenes que se le ocurre a su proxeneta para hacerla entender que esta obligada a cumplir con lo exigido. Mujeres y niños que no resisten a tales torturas y terminan muertos a manos de despiadados que se lucran del dolor y disfrutan a risa limpia de su debilidad.




El arte no se escapó de este flagelo social, una constante y peligrosa profesión que han ejercido tanto mujeres como hombres, a lo largo de la historia que bajo cualquier lente es una degradación para quien la práctica y un fenómeno difícil de erradicar. Aquí en este rubro han sido pintadas, filmadas escritas y esculpidas por grandes artistas a lo largo del tiempo.

Michelangelo da Caravaggio utilizó como modelos a hombres de pueblo y prostitutas, que la mayoría de sus cuadros eran de temática religiosa, lo que causó gran controversia. Las señoritas de Avignon de Pablo Picasso, La Olympia que retrató Manet. También Agostina Senatori, musa efímera de Van Gogh. Igual que las féminas de los lienzos de Toulouse Lautrec, asiduo de los burdeles parisienses. Pintores como Picasso, Munch y Courbet, Belle, la estatua fue diseñada y creada por la escultora Els Rijerse, a petición de Mariska Majoor, Estos artistas utilizaron como modelos a mujeres dedicadas a este trabajo, tal vez a cambio de algunas monedas. La gran muestra que el Museo de Orsay dedica a la prostitución en el arte decimonónico –Esplendores y miserias. Imágenes de la prostitución, 1850-1910, Obra escrita: Memoria de mis putas tristes de García Márquez. Cuesta entender, que esas mujeres vivían del oficio más antiguo del mundo, como lo llamó Rudyard Kipling.

“La prostituta ha sido un personaje ignorado por la historia del arte, pese a haber sido una figura central de la pintura del siglo XIX. Existió entonces una identificación entre el artista y la meretriz, fruto de su apego por la vida bohemia”. Isolde Pludermacher.

Nos damos cuenta que esta profesión no es de placer como nos han hecho creer, y nos presentan a una prostituta como la peor persona, discriminada y relegada de la sociedad como una lacra que mancha las buenas costumbres, que al final solo dejan ver la hipocresía con que nos movemos alrededor de estas personas, que en sus mejores momentos son las que se dedican por voluntad propia y para cubrir gastos que no pueden obtener por la falta de empleo y un sistema tan degradante y pobre que rodea a un pobre. Ricos que se deleitan con el dolor de los demás y lucrándose con millones a causa del producto humano. Humano vulnerable.

Artículo escrito por: Marina Sigüenza escritora, poetiza y colaboradora de este blog.


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