“La santa ley de Jesucristo gobierna nuestra civilización; pero no la penetra todavía. Se dice que la esclavitud ha desaparecido de la civilización europea, y es un error. Existe todavía; solo que no pesa ya sino sobre la mujer y se llama prostitución”. -Víctor Hugo.
Como hemos hablado de la prostitución desde el gobierno de la reina Victoria, lo que ha impactado al mundo, lo que representó en el arte y lo que acontece en la actualidad, con esto que se tiene la certeza de ser el negocio más caro del mundo.
Asimismo, hemos visto que, en la historia europea, en París que se convirtiera en “La capital europea del sexo renumerado”. Convirtiendo todo sitio a disposición, bares, calles y las famosas esquinas que se convirtieron en actividad comercial humano.
Mucho se ha mencionado que los artistas han utilizado a la prostituta para sus exposiciones, seduciendo así al público en una operación comercial, haciéndolo atractivo, especialmente en la sociedad de clase alta y pudiente.
“Solo logro pintar a estas mujeres con colores chillones, tal vez para expresar así la intensidad de su existencia”. -Van Donge.
Pintura de Van Donge
Describiremos un poco sobre la actualidad de cómo se vive este flagelo social que afecta a millones de mujeres y niñas alrededor del mundo.
Tomando el tema pegado a la realidad actual, nos damos cuenta que no ha cambiado para mejor, no es diferente; la pobreza sigue siendo el talón de Aquiles de una sociedad que vive como puede o sobrevive apostando la carencia contra su cuerpo. Es preocupante que en muchos países la prostitución es un medio de vida y, lo peor es que la niñez y la juventud primera está comprometida en este estilo de vida. Alarmante es la explotación y la esclavitud de pequeñas para hacer fenómeno comercial de inescrupulosos que hacen su mejor negocio. En estás condiciones está en desventaja en condiciones de estatus: económico, educación académica, social, siendo el género el más inconveniente, en orden, para las mujeres, utilizando los medios más dolorosos para ser sometidas por su vulnerabilidad; entre la explotación de bebés, explotación laboral, tráfico de drogas, violaciones, pedofilias, migración forzada, todo esto estrictamente relacionado al comercio humano.
Pintura de Van Doge
Sin embargo, encontramos otra cara de la moneda donde adolescentes y adultas jóvenes se describen como el sugar baby, donde el negocio es en acuerdos de consenso a cambio de una cantidad de dinero descrito en un contrato, los socios firman sus objetivos y esperan se lleve de buen término sus expectativas y reciban cada quien lo que han ofrecido en su pacto comercial, “una relación en sus términos” es cuando todo está determinado y aceptado entre ambas partes. Negocio que se mueve entre 139 países y millones de miembros activos entre “sugar baby” y “sugar daddy”. Son millones los que este tipo de negocio genera, riqueza, con transacciones que, a países pobres, este sistema comercial inyecta divisas a su precaria economía.
Se dice también, en este rubro hay “sugar mommies”, son mujeres que sirven de intermediarios y organizadoras de reuniones entre “sugar baby” y su “sugar daddy”.
El crecimiento de la prostitución virtual ha sido rápido. Interacciones que con un solo clic pueden ver fotos videos o actuaciones en vivo para complacer al que está al otro lado de la pantalla; claro, esto habiendo comprobado que en su cuenta ya está registrado el pago acordado para tal efecto. Una forma de encuentro que interroga criterios morales, pero termina siendo un acuerdo ético en el sentido que las condiciones de la relación están por delante. Así mismo que esta se acaba al no recibir lo acordado en su moneda de cambio.
Vemos cómo este tipo de negocio ha ido cambiando su modalidad, siendo la tecnología una forma de hacerlo, que ya fue llamado por un profesor “Prostitución generación 2.0”; provocando modernidad para vender su cuerpo al mejor postor. Cabe mencionar que, sin valores morales, éticos, criterios sociales definidos y psicológicos afectivos; viviendo bajo el estrés que genera la pobreza, soledad, estado de abandono, tristeza, buscando suplir sus necesidades básicas, esto no se detendrá. Sin existir valores morales que contraorden eduquen a cada persona en su forma de pensar y vivir, donde se establezca la buena forma y la buena conducta para conducir su vida.
Con todo esto se deja ver que cualquier necesidad se puede llenar a con dinero fácil, dar su cuerpo a cambio de dinero; tanto el que paga como el que recibe la paga.
Es normal encontrar quienes practican este sistema de compraventa, que por una monedas obtengan, ropa de marca, perfumes, joyas y hasta lo inimaginable saldo para su teléfono, hoy todo se mira en base “a cambio de” miras mi cuerpo o una foto en una pose sugestiva exponiéndose, se negocia al mejor postor un video, se ha degenerado tanto la sexualidad que el placer se paga y los sentimientos quedan a un lado, lo moral, la honestidad son cosas del pasado; esto lo miran como “eso no te da de comer” los abuelitos quedan en el pasado con sus consejos y las buenas costumbres.
Leyes que regulan estatus para personas dedicadas a este negocio, exigen derechos y respeto porque simplemente es su forma de vida; acusando al sistema que poco hace para evitar crezca la pobreza, mala educación fenómeno que mantiene al margen al ser humano y la falta de fuentes de empleo.
Por otro lado, otras personas necesitan y merecen ser atendidos con leyes más fuertes, para quienes a base fuerza, secuestros y esclavitud están sometidos bajo vejámenes obligados a hacerlo.
Este negocio seguirá siendo el más caro del mundo.
Artículo escrito por: Marina Sigüenza escritora, poetiza y colaboradora de este blog.
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